El gobierno estadounidense liderado por recién elegido Donald Trump ha decidido suspender sus subvenciones y retirar USAID, en este artículo analizaremos las implicaciones económicas, sociales y geopolíticas para América Latina.
USAID es la agencia a Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional creada en 1961 como una agencia federal independiente. Se encarga de planificar y administrar los fondos para financiación de proyectos en países en desarrollo que han sido considerados aliados estratégicos para este país en distintas regiones del mundo.
Cambio de la política exterior de Estados Unidos
Trump firmó una orden ejecutiva para detener las operaciones de USAID durante 90 días; lo que aún no está claro es si esta agencia reanudará el trabajo o se enfrentará a un cierre permanente. Esta decisión tiene profundas implicaciones geopolíticas y estratégicas para la región. USAID ha sido un pilar fundamental en la cooperación internacional, brindando apoyo en áreas cruciales como la salud, la educación, el desarrollo económico y la gobernanza.
Esta medida responde a una reestructuración de prioridades estratégicas, pero sus efectos en la región son profundos y diversos. Esta repentina retirada de estos fondos plantea varios desafíos que requieren un análisis detallado.
Consecuencias económicas
USAID ha sido un actor clave en el financiamiento de proyectos de desarrollo en América Latina. En Colombia, estos fondos han impulsado la implementación del acuerdo de paz, proyectos de desarrollo rural y fortalecimiento institucional. Con su retiro, se prevé una crisis en la continuidad de estos programas, lo que podría afectar especialmente a comunidades rurales y grupos en situación de vulnerabilidad.
La retirada de USAID «podría afectar» directamente los proyectos en curso. Muchas iniciativas que dependían de estos fondos se verán interrumpidas, lo que podría generar un retroceso en los avances logrados en años anteriores. Por ejemplo, los programas de salud pública que luchan contra enfermedades endémicas, las campañas de alfabetización y los proyectos de infraestructura crítica podrían quedar incompletos.
Además, esta decisión tendría un impacto negativo en las economías locales. La ayuda de USAID no solo proporciona recursos financieros, sino que también genera empleo y fomenta el desarrollo de capacidades locales. La retirada de USAID podría llevar a la pérdida de empleos y a una disminución en la formación de profesionales locales, lo que a su vez podría debilitar las instituciones democráticas y aumentar la pobreza y la desigualdad.
Países como Perú, Guatemala y Honduras también dependen en gran medida de estos fondos para programas de seguridad alimentaria, salud y desarrollo sostenible. La suspensión de estas ayudas podría provocar un aumento de la pobreza y la desigualdad en varias regiones de América Latina.
Consecuencias sociales
El impacto social de la retirada de USAID se reflejará en sectores como la educación, la salud y los derechos humanos. Muchas organizaciones no gubernamentales que trabajan en la defensa de derechos de poblaciones vulnerables dependen de este financiamiento. La falta de apoyo podría debilitar los programas de asistencia a mujeres, comunidades indígenas y víctimas de violencia.
En términos de seguridad, la cooperación de USAID ha jugado un papel importante en la reducción de la violencia y el crimen organizado en América Latina. La disminución de fondos para programas de prevención podría derivar en un incremento de la criminalidad y un deterioro de las condiciones de vida en varias comunidades.
En términos estratégicos, la retirada de USAID podría provocar un deterioro en la seguridad regional. La falta de apoyo en áreas críticas como la lucha contra el narcotráfico, la violencia y la migración podría generar un aumento en los problemas de seguridad que afectan tanto a América Latina como a Estados Unidos. La cooperación en seguridad ha sido un componente fundamental de las relaciones bilaterales, y la retirada de USAID podría erosionar esta colaboración.
Impacto en la migración
Uno de los efectos más inmediatos de la retirada de USAID podría ser el aumento en los flujos migratorios hacia Estados Unidos. La falta de oportunidades y el incremento de la violencia en países como El Salvador, Honduras y Guatemala podrían intensificar la migración irregular. Esto generaría presiones adicionales en la política migratoria estadounidense y podría convertirse en un tema de debate político en los próximos años.
La suspensión de los programas de USAID puede resultar en:
- Cierre de proyectos comunitarios: Iniciativas que proporcionaban capacitación laboral y apoyo a pequeñas empresas han cesado operaciones.
- Reducción de servicios sociales: Programas de salud y educación han perdido financiamiento, afectando a miles de beneficiarios.
- Aumento de la inseguridad: La falta de recursos para proyectos de prevención de la violencia puede conducir a un incremento en actividades delictivas.
Estas condiciones adversas pueden intensificar la presión migratoria, ya que las personas buscan escapar de entornos cada vez más difíciles.
Consecuencias geopolíticas
La retirada de USAID también tiene implicaciones en la influencia de Estados Unidos en la región. La cooperación ha sido una herramienta clave para mantener la presencia estadounidense en América Latina. Con su retirada, se podría abrir la puerta a otros actores internacionales que buscan aumentar su influencia en la región. Países como China y Rusia han mostrado un interés creciente en América Latina, ofreciendo inversiones y cooperación técnica. La ausencia de USAID podría facilitar la entrada de estos actores, cambiando el equilibrio de poder en la región y afectando las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
China, en particular, ha incrementado su presencia en la región mediante inversiones en infraestructura y acuerdos comerciales. Con menos competencia de Estados Unidos, es probable que esta tendencia se intensifique, lo que podría cambiar la dinámica geopolítica en América Latina.
Reacción de los gobiernos latinoamericanos
Líderes y organizaciones en la región han expresado su preocupación. Según un artículo de France24, la reducción de fondos para la gestión migratoria podría contradecir los esfuerzos para disminuir el flujo de migrantes hacia Estados Unidos. Además, la interrupción de programas sociales y económicos puede desestabilizar aún más las comunidades, incrementando la migración irregular.
Ante este panorama, es crucial que se busquen alternativas para suplir el vacío dejado por USAID. La cooperación internacional, alianzas público-privadas y el fortalecimiento de organizaciones locales podrían ser vías para continuar apoyando a las comunidades afectadas y, de esta manera, abordar las causas profundas de la migración.
Conclusión
El cierre de USAID representa un desafío significativo para América Latina, especialmente en términos de migración. La interrupción de programas clave puede agravar las condiciones que llevan a las personas a buscar mejores oportunidades en el extranjero. Sin embargo, esta mirada no es determinista ni menos aún apocalíptica para el progreso de las economías latinoamericanas. Estos desafíos no implican el bloqueo de oportunidades disruptivas emergentes de una situación que a todas luces para muchos ensombrece el panorama, pero del cual no tenemos control alguno. Es imperativo que se implementen estrategias integrales y colaborativas para mitigar estos efectos y promover el desarrollo sostenible en la región.
Ante esta situación, los gobiernos de la región enfrentan el reto de buscar alternativas para suplir la falta de financiamiento externo. Algunos países han comenzado a fortalecer la cooperación con Europa y organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, estas soluciones requieren tiempo y planificación estratégica para ser efectivas.
Además, es posible que surjan nuevas alianzas dentro de América Latina para impulsar mecanismos de financiamiento conjunto. Organismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Alianza del Pacífico podrían jugar un papel clave en este proceso.